La Cacería de Wolverine

Hace unos años, Lobezno murió en la miniserie Death of Wolverine. En este tiempo, hemos podido ver cómo Laura Kinney tomaba su manto como All-New Wolverine, mientras que el Viejo Logan de Mark Millar se trasladaba al universo 616 tras Secret Wars. Por culpa de ese mismo evento, Jimmy Hudson se pasea por X-Men: Blue, mientras que Daken sigue apareciendo aquí y allá. Lo cierto es que desde su muerte, no ha faltado una ración mensual de Lobezno en ningún momento, creando un clima en el que se puede discutir que nadie le echaba de menos. Aun así, y como dice este mismo tebeo en su priemra frase, era cuestión de tiempo.

Lobezno vuelve a la vida. Lo descubrimos en Marvel Legacy #1, donde se nos presentaba al personaje en una posición insospechada. Le hemos seguido el rastro en las totalmente innecesarias y ridículas escenas post-créditos de ¿Dónde está Lobezno?, en las que parecía querer contactar con algunos héroes, sin nunca conseguirlo. Y también tiene un papel en Infinity Countdown, el segundo acto de los Guardianes de Gerry Duggan. Todo ello ha conducido hasta aquí, Hunt for Wolverine #1, un prólogo a otras cuatro miniseries que desvelarán completamente el misterio de su vuelta a la vida.

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En este número encontramos dos historias: la primera está a cargo de Charles Soule, David Márquez y Rachelle Rosenberg. La segunda mantiene al guionista, pero las labores artísticas son cosa de Paulo Siqueira y Ruth Redmond. Empezando en orden y señalando al aspecto gráfico, ¿qué podemos decir del dibujo de David Márquez? La confianza de Marvel en el dibujante queda patente en cada obra que le da. Da igual lo que le toque, plasma unas páginas fantásticas. Acción, drama, momentos pausados, splash pages… Lo que hace, lo hace bien.

Hoy en día, si Marvel coloca a Márquez en una historia, lo que quiere decirle a los lectores es que esa historia es relevante. No es su mejor trabajo, pero está de sobras a la altura. Igualmente, Paulo Siqueira quizás está un nivel por debajo, pero ofrece unos acabados sólidos, sin pegas aparentes. Sin lugar a dudas el trabajo de ambos artistas convierte el apartado gráfico en el de mayor calidad de este cómic.