La Búsqueda de Nightcrawler

Ha llegado el desenlace de esta historia cuya premisa desde el inicio fue siempre simple y directa: presentarnos el regreso del querido Nightcrawler al mundo de los vivos. Cinco números que se hicieron demasiado largos; un argumento con poco sustento y carente de emociones fuertes o momentos para el recuerdo. En resumen un Jason Aaron poco inspirado que da la impresión que sólo cumplió el encargo sin mayor ganas de ofrecer algo mejor. Habrá que ver de aquí en más las repercusiones del regreso de Nightcrawler a la vida tanto en esta serie como en la suya propia, cuyo primer número ya ha salido a la venta de manos de Chris Claremont y Todd Nauck.

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Si bien el dibujo de Ed McGuinness es agradable y simpático de apreciar sería un buen plus que en números que deberían ser importantes – como en este caso la conclusión de esta historia – diese un poquito más de si para sorprender al lector con algo nuevo. De pronto es un poco decepcionante cuando los artistas se quedan estancados tanto tiempo con un estilo tan pronunciado, es necesaria cierta evolución grafica cada cierto tiempo al menos.

Escuela Jean Grey. Se da una batalla territorial entre Bamf azules y rojos cercanos al portal dimensional. Los X-men presentes sólo pueden apoyar a los azules. En el reino más allá de la carne, Nightcrawler y sus camaradas se aprestan a darle batalla a Azazel y sus hordas de demonios piratas. Nightcrawler sabe que ha puesto a sus amigos en peligro, por lo que da todo de sí en la batalla aunque eso signifique volver a morir definitivamente. Logan resulta herido por un ataque de Azazel, incapaz de sanarse sin su factor de curación.

Es entonces que Nightcrawler oye una voz en su cabeza, que no es otro más que Charles Xavier pidiéndole que envíe a los X-men de regreso dejando el asunto en manos de los Arcángeles. Xavier le pide a Kurt que regresen juntos al cielo, donde pertenecen. Pero Kurt sabe que encargarse de su padre es su responsabilidad por lo que recuerda a uno de los Bamf sobre el tratado que tienen. Así, Kurt revive y derrota a su padre. Ha usado la propia magia de sangre de su padre para separarlo de sus ejércitos, para atarlo a la Tierra por siempre. Hacer de la Tierra su celda y él su carcelero. De paso salvando billones de almas, las vidas de sus amigos… costándole tan sólo la suya propia.